d&b Soundscape permite que la ópera se represente durante la COVID-19.

Que el montaje pudiera continuar con las restricciones sanitarias, implicaba reducir drásticamente el número de intérpretes en el escenario si se iba a permitir que el público asistiera de manera segura a la ópera. El equipo de producción tuvo que encontrar una nueva manera de llevar el sonido de la orquesta en directo a la producción sin estar presentes en el mismo lugar que los intérpretes y el público. Para el diseñador de sonido David Sheppard, de la empresa Sound Intermedia, se trataba de un concepto que había estado considerando desde hace tiempo, mucho antes de la COVID-19.

“Soy un artista que va de gira y trabaja en todo el mundo, y ya había llegado a ese punto en el que me costaba justificar ir de gira con la actual crisis climática”, comenta Sheppard. “Pensé en nuevas maneras para que podamos llevar la experiencia de una actuación al público sin tener que llevar a la banda en la gira con nosotros”.

Para Sheppard no era utilizar simplemente un sistema convencional para poner pistas pregrabadas en la sala, sino que se necesitaba algo mucho más sofisticado.

Gracias a d&b Soundscape, el equipo pudo situar los sonidos de los instrumentos de la orquesta en varias áreas de la sala. d&b Soundscape funciona con DS100 Signal Engine, un revolucionario procesador de sistemas de audio que se basa en una potente matriz de señales habilitada para Dante y que favorece una creatividad incomparable gracias a sus dos módulos de software En-Scene y En-Space.

d&b En-Scene es una herramienta de posicionamiento de objetos de sonido que permite el posicionamiento y el movimiento individualizado de hasta 64 objetos de sonido. d&b En-Scene representa con precisión varios escenarios para que cada objeto de sonido se corresponda tanto visual como acústicamente. d&b En-Space es una herramienta en línea de emulación de recintos que crea y modifica firmas de reverberación para cualquier tipo de espacio. Estas firmas de reverberación son emulaciones derivadas de mediciones acústicas de nueve recintos famosos en todo el mundo que se han convolucionado en el procesador de audio.

Brian Irvine, compositor de «Least Like the Other», vio que el desafío podía afrontarse no como una barrera, sino como una nueva oportunidad. “Creo firmemente que en sí no importa la restricción que afrontemos, sino que he visto una posibilidad de encontrar algo nuevo y atrevido”, afirma Irvine. “Durante años he intentado encontrar nuevas maneras de conectar a las personas con la ópera y hacer que sea más accesible, y con Soundscape eso es precisamente lo que hemos hecho”.

Irvine y los creadores del espectáculo entendieron la idea de Soundscape. Se dieron cuenta de que esto no iba de sacar un elemento de la producción, sino todo lo contrario, que iba a añadir algo especial.

“La primera vez que todo el equipo pudo vivir la experiencia Soundscape fue un momento maravilloso: los altavoces desaparecieron y, de repente, teníamos los instrumentos en la sala con nosotros”, continúa.

“Soundscape permite crear zonas en diferentes partes de la música para que la profundidad y la nitidez del audio ponga el foco en cada instrumento y en el lugar de donde procede su sonido”, explica Sheppard. “Creo que si estuviera entre el público, podría pensar que la orquesta estaba escondida en la sala: así de inmersiva es esta solución”.

Como si el equipo de producción no tuviera ya suficiente, se presentó otro obstáculo: Sheppard no podía desplazarse a Dublín para los ensayos debido a las restricciones en los viajes. El equipo de la Ópera Nacional de Irlanda, así como los creadores del espectáculo Irvine y Jones, estaban tan determinados a utilizar Soundscape y contar con la participación de Sheppard, que decidieron mover toda la producción a un espacio de ensayos en Belfast para adaptarse a él.

Fue difícil llegar al espacio de ensayo en Belfast durante unos días con cierres estrictos de todo tipo de locales, pero el equipo finalmente pudo acceder a ese almacén que previamente se había utilizado para celebrar raves. El espacio se transformó de discoteca a teatro de ópera con un uso inteligente de drapeados y estructuras para que se asemejara al Teatro O’Reilly de Dublín, en el que se había previsto que se estrenara la producción.

Se decidió que, mientras Sheppard ensayaba con el equipo en Belfast, cuando el espectáculo pudiera volver a Dublín, Kevin McGing implementaría el diseño del sonido allí.

“En la entrega de Soundscape no hubo ningún problema: en ese punto ya nos había convencido a todos y entendíamos sus cualidades, que son sencillas y muy creativas”, explica Sheppard. “Gracias a la agilidad de la producción así como a la asistencia técnica que ofreció d&b, cuando me fui de Belfast tenía total confianza para pasar el testigo”.

d&b ha estado con el equipo técnico de sonido en cada paso del camino.

Mientras la producción espera para estrenar con público en Dublín una vez que Irlanda reduzca las restricciones, el equipo ya ha empezado a filmar el espectáculo para crear un sonido pregrabado totalmente inmersivo. Para Sheppard, el espectáculo ya ha logrado una gran hazaña, transformar la mentalidad de muchas personas incluso antes de su estreno.

“Cruzo los dedos, porque esta producción va a seguir adelante de una forma u otra, pero si hay algo que ya ha conseguido es abrir los ojos a la gente sobre Soundscape y una nueva manera de concebir las producciones en el futuro”.