Star Trek transcribe el arco del tiempo en Sydney
“No queríamos que la gente se perdiera esa sensación gloriosa, la sensación de estar en un teatro de ópera”. ¿Quién dudaría de la pasión de David Claringbold por el teatro en el que trabaja? Cuando Paramount Pictures habló por primera vez con el Director técnico de la Opera House de Sydney, David vio que su visión encajaba exactamente en ese contexto apasionado. “Lo que sí era extraordinario es que un taquillazo de Hollywood de 150 millones de dólares para revivir la franquicia de Star Trek viniera aquí y quisiera celebrar el estreno mundial en la Opera House. Para nosotros todo esto llegó en el momento adecuado y queríamos participar plenamente”. JJ Abrams, el director de la película y principal impulsor del estreno en Sydney, había trabajado antes en Australia con Misión Imposible 3. No obstante, su elección de la Opera House era una decisión asombrosa y arriesgada. Tan distanciado de Hollywood como se pueda estar (como mínimo, en este planeta), el icónico teatro australiano permitió destacar el público realmente internacional que atrae esta saga tan popular. Un paso ambicioso, se mire como se mire, y todavía más destacable por el hecho de que sólo contaron con tres semanas desde la idea a su realización para lograrlo. “El primer contacto fue el 12 de marzo”, explica David, “y el estreno estaba previsto para el 6 de abril”. David es demasiado modesto para admitirlo, pero la Paramount se dirigió a Bruce Jackson, de Dolby Labs, para saber su opinión sobre la posibilidad de utilizar la sala de conciertos. “Les dije ‘Hablad con David’”, recuerda Jackson. “Recibí una llamada desde Estados Unidos porque querían que les aconsejara sobre lo mejor que podían hacer si quisieran celebrar el estreno mundial de una película, de la que no dijeron el nombre, en la Opera House de Sydney. Les recomendé a David Claringbold porque sabía que su equipo podría coordinar todos los elementos y ofrecer el trabajo de máxima calidad que necesitarían”. Sin dejarse intimidar por la premura de tiempo, David se comprometió de inmediato. “El momento no podía ser mejor, porque se canceló una actuación en la sala de conciertos y quedó un hueco en el calendario”. La Opera House es estéticamente imponente, pero su sala de conciertos no es el local ideal para una banda sonora potente y emotiva sonando a través de un potente sistema de refuerzo de sonido. “La sala tiene un tiempo de reverberación de 2,5 segundos y eso es lo primero que tratamos Bruce y yo cuando nos reunimos al día siguiente de la llamada”. Bruce Jackson retoma la historia. “Dave me invitó a una reunión de producción para que le sugiriera una lista de tratamientos acústicos en la línea de lo que yo había hecho en otros entornos en el pasado, como el Wembley Arena y el Madison Square Garden. Normalmente, los directores de producción se asustan ante la idea de gastar la cantidad de dinero que se necesita para transformar totalmente un entorno, pero David y Paramount estuvieron de acuerdo al cien por cien. Acordamos utilizar un sistema de sonido de d&b, y los resultados hablan por sí mismos”. Bruce Jackson es un tipo único en el mundo del audio profesional: es australiano, pero ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en sin Estados Unidos, y tiene una experiencia incomparable en los ámbitos del sonido en directo y la tecnología que lo sustenta. Aprovechando que David conocía perfectamente el recinto, entre los dos formularon un plan técnico coherente con su visualización concreta que enviaron a la Paramount por correo electrónico el 20 de marzo. “Mientras nosotros nos ocupábamos de la acústica, Ralf Zuleeg, del departamento de Educación y Soporte a los usuarios de d&b audiotechnik, preparaba los gráficos del sistema”, continúa David. “El sistema se basaba en una aplicación L/C/R de la Serie J de d&b con el sistema surround representado principalmente por el altavoz compacto Q7 de d&b, mientras que 16 cajas J-SUB se ocupan de la energía de bajas frecuencias. Peter Puchner, de Visual Event Management, era el contratista externo encargado de ejecutar el estreno; siguiendo nuestras instrucciones, su empresa trajo a la compañía IJS para instalar el sistema de d&b con la asistencia de la compañía Cairellie para el equipo PA adicional”. “Todo este montaje era completamente digital, desde la salida del decodificador hasta los procesadores Dolby Lake, pasando por los amplificadores. Utilizamos una gran red Ethernet con el protocolo Dante, desarrollado por Audinate, para transportar el sonido surround por toda la sala de conciertos. Esto planteó un nuevo desafío a nuestro departamento de informática, porque nunca antes habían montado algo así y ha sido muy satisfactorio ver al personal de informática y audio trabajar juntos para conseguir un gran resultado”. La evolución del evento siguió a todo gas, pero nunca fue fácil, recuerda David. “La verdad es que nos habían encargado cosas parecidas antes. Pero nunca antes me había sentido tan seguro con la tecnología y la asistencia disponibles. Esto ha sido la culminación de una revitalización total de nuestro departamento técnico. Dirigidos por Jeremy Christian, mi Supervisor de Sonido, pudieron acabar este proyecto con calma y eficacia”. En Paramount estaban emocionados: “Es muy poco frecuente en la industria de la artes y el entretenimiento que una sala de conciertos prestigiosa permita realizar las modificaciones necesarias para crear la experiencia de audio adecuada para un cine”, comenta Ben Rosenblatt Ejecutivo de Posproducción, de Paramount. “La Opera House de Sydney no sólo lo permitió, sino que sorprendentemente dirigió todo esto, y el resultado fue una transformación total de una sala de conciertos clásica en una sala de cine de primera clase. ¿Cómo ha afectado la Opera House de Sydney a mi trabajo? Lo han hecho más fácil”. Andy Nelson, que mezcló la película, también estaba satisfecho: “La sala de conciertos de la Opera House ha dado un resultado asombrosamente bueno. Por lo que se refiere a reverberación, el tratamiento que se aplicó amortiguó extraordinariamente la degradación y, además, la potencia y la claridad del sistema PA era espectacular. Después de que Dolby programara la sala en la especificación estándar, pude examinar cada canal y nivelar y ecualizar a mi gusto. El resultado final fue muy satisfactorio y los productores estaban muy impresionados por el efecto general. Mis felicitaciones para David Claringbold y Bruce Jackson”. David Claringbold tiene ganas de devolver el cumplido. “Fue la energía del cliente, Paramount, lo que nos impulsó a todos. Paul Lawrence, que se trasladó desde Paramount Reino Unido, fue de gran ayuda, y el hecho de que Andy Nelson, el mezclador de la película, hubiera participado antes en eventos similares me dio mucha confianza. A pesar de todo, ha sido un acto de fe”. Estos actos de fe eran, precisamente, de lo que trataba este estreno: si la Opera House de Sydney sirve de metáfora para Star Trek, es por esto. La unión de tecnología, emoción e imaginación que llevó a cabo el arquitecto Jørn Utzon produjo este edificio exquisito. Igual que la Opera House inspira a quien la mira, lo mismo sucede con la idea de viajar a las estrellas, ¿y quién no querría hacerlo en la nave estelar Enterprise?