Ritmos en la colina con d&b
El sol del atardecer cubre con un mágico resplandor ámbar las colinas circundantes, el aire se llena con ritmos vibrantes y podría saborearse el fecundo suelo africano en la brisa. Al final del camino polvoriento que lleva a una granja en algún lugar al norte de Sudáfrica, un grupo enorme de personas cantan rítmicamente al compás. “La mayoría de las personas del público están en la veintena”, explica Evert De Munnik. “Y casi todos ellos son heavies”. Pero ¿qué esperabais? Oppikoppi no es un festival normal y corriente.
Oppikoppi se celebra a unos kilómetros de Northam, cerca de la frontera con Botsuana, y desde hace veinte años forma parte del mundillo musical sudafricano. De Munnik trabaja para Mango Groove, una banda numerosa llena de voces, metales y risas. “Es un grupo que la mayoría de estos chicos oyó de pequeños porque lo escuchaban sus padres”, explica. “A pesar de las opciones que ofrecían los otros seis escenarios, veinte mil de los veinticinco mil asistentes al Oppikoppi estaban en el escenario de Mango para disfrutar de ese valor histórico. Algunas de sus canciones son como un tesoro nacional de Sudáfrica y la banda tiene una reputación que mantener. Nuestro montaje tuvo mucho éxito gracias al sistema que utilizamos”. De Munnik es el ingeniero de sonido de la banda y tiene buenos motivos para llamar la atención sobre las virtudes del sistema PA.
El sistema lo suministró Blue Array Productions, con sede en Pretoria, a dos horas del emplazamiento del festival, el propietario de la empresa, Kobus van Rensburg, se ha encargado de la mayoría de las necesidades de audio de este evento casi desde sus comienzos. “Oppikoppi se celebra desde hace veinte años, que se cumplen precisamente en 2014, y Blue Array Productions se incorporó hace diez años en el escenario acústico y hemos ido creciendo hasta encargarnos de los demás. Los escenarios están relativamente cerca y, aunque físicamente están delimitados por perímetros de puestos de cerveza y comida que no impiden la fuga de sonido, es esencial que los equipos de audio se diseñen e implementen correctamente para cada escenario. Y ahí es donde la directividad constante del equipo de d&b nos aporta una ventaja comercial. En este tipo de entorno de varios escenarios, podemos maximizar los sistemas para el disfrute de todos los oyentes. Por eso nos funciona”.
En los escenarios se utilizan una variedad de sistemas de d&b: “Proporcionamos sistemas PA para cinco de los seis escenarios, y en cuatro todo el equipo es de d&b, incluidos los monitores. Desde 2007, hemos invertido ininterrumpidamente en d&b y ahora tenemos un inventario considerable. El escenario principal utiliza la Serie J, catorce J-TOPs por lado con J-SUBs colgados y un importante arreglo de B2-SUBs sobre el suelo. Todos los delays son de la Serie Q. En el segundo escenario está la Serie V, nuestra inversión más reciente, también con stacks de B2-SUBs sobre el suelo, en este caso en modo CSA. En el tercero hay equipos de la Serie Q. Es el sistema que compramos primero y lo consideramos muy adecuado para actos de tamaño medio al aire libre y eventos empresariales en interiores. Aquí utilizamos Q1 con Q7s y Q-SUBs. En el escenario acústico también utilizamos la Serie Q, sólo un par estéreo de Q10 colgados en los lados del escenario. Es una zona amplia y espaciosa de actuaciones de ballet, música acústica y teatro. La potencia no es la prioridad, sino su cobertura”.
Una gran inversión durante seis años. “Stage Audio Works, el distribuidor de d&b en Sudáfrica, siempre nos ha ofrecido su asistencia en nuestra expansión. Esa asistencia es una parte importante de los motivos que nos han permitido invertir e incrementar nuestro inventario de d&b”. De Munnik considera la inversión bajo un punto de vista totalmente diferente: “Durante los últimos dos años hemos estado de gira internacional, así que esto fue como la bienvenida al volver a casa. Cuando subí al escenario unas horas antes de nuestra actuación, no pude evitar sonreír cuando vi que íbamos a tocar con un sistema de d&b. Pude escuchar a otras bandas y quedé muy impresionado, sobre todo por la manera en que el sistema estaba configurado y la uniformidad frecuencial en todo el espacio. Normalmente, busco que el sistema esté ajustado sin que suene comprimido. Básicamente un gran sonido abierto pero ceñido, ya me entiendes”.
“El técnico de sistemas de Blue Array hizo un gran trabajo y, por lo que oímos con otras bandas, sonaba realmente bien. No pude hacer pruebas de sonido con el sistema encendido, hicimos el balance con los auriculares durante la prueba de sonido. Quedé bastante satisfecho y sólo esperaba que el sistema sonara igual de bien. Cuando Mango Groove empezó a tocar me quedé absolutamente alucinado por lo similar y brutalmente bueno que sonaba el sistema, como lo había oído en los auriculares. Una gran definición entre todos los instrumentos y las voces. Las frecuencias de los graves son sólidas y contundentes. Las altas frecuencias son muy transparentes y en absoluto estridentes, suenan muy uniformes. Casi no tuve que trabajar en los instrumentos: un poco de EQ en el bombo, la caja y los micrófonos overhead de la batería; nada en los toms aéreos ni en los platillos charles; la guitarra sin EQ; los metales sin EQ, sólo un poco de compresión y filtros de paso alto (HPF); igual con los coros, sólo HPF y compresión; y, finalmente, un poco de EQ en el cantante solista con compresión, sobre todo para eliminar el efecto de proximidad. Nada en los teclados; un poco de EQ en el bajo para evitar el efecto de la percusión de las cuerdas y un poco de compresión suave”.
¿Misión cumplida, pues?
“Para mí, la prueba más importante es cómo responde la gente a la banda, ¡y estuvieron saltando y bailando todo el rato! Si se quedan quietos, es que algo va mal y no es la banda. Si no paran de saltar y bailar, es la banda y el sonido. Todavía hay alumnos míos que estuvieron en el concierto que me recuerdan lo bueno que fue el sonido”.
