¿Se maravillaría Wotan ante este espectáculo?
Comparar la Tate Modern de Londres o el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York con la Opera House de Sydney sería absurdo. Como su nombre indica, la Opera House es un teatro de ópera y en él se representan obras tan complejas como el ciclo El anillo del nibelungo de Wagner. El dios Wotan seguro que encontraría aquí al héroe que recupere el anillo. Por eso, la arrolladora ambición de Vivid LIVE se adapta tan bien a este teatro. Vivid LIVE es un festival de luz, música e ideas que se celebra en la Opera House de Sydney desde hace cinco años. En la edición de 2013 invitaron al grupo alemán Kraftwerk, leyenda de la música electrónica, que dio ocho conciertos durante cuatro noches en el Joan Sutherland Theatre (JST) del complejo operístico.
"Lo que Kraftwerk nos presentó combinaba elementos profundos de sonido y visión tridimensionales con la innovación musical de sus primeros ocho álbumes de estudio", explica Jeremy Christian, Director Técnico en funciones de la Opera House. "En ese sentido, cumplieron totalmente con el espíritu de Vivid. El elemento visual en 3D era relativamente sencillo, cuestión de colocar los proyectores necesarios y entregar al público gafas 3D. En cambio, transmitir la esencia de sus panoramas de sonido dinámico tridimensional en directo en nuestra sala de ópera era una propuesta mucho más arriesgada".
"Lo más importante fue la cantidad de tiempo de preproducción que dedicamos para obtener una reproducción tan potente como la que queríamos y fuera posible en un entorno 3D", explica Steve McMillan, Jefe de Sonido. "Tuvimos a técnicos en el techo durante varias semanas pasando cables para la preparación. Aunque sólo tardamos dos días en instalar todos los altavoces, en total fueron seis semanas de preproducción".
El sistema que se instaló era similar al que Kraftwerk había utilizado antes, pero en esta sala no se producen las amplias zonas con eco de la Tate Modern. "En el escenario, situamos un sistema izquierda/derecha de la Serie V de d&b audiotechnik: tres V12 y cinco V8 por lado, con cuatro arreglos de seis T10 encima del proscenio", explica Richard Fenton, supervisor de sistemas de McMillan. "Encontramos nuestra solución a partir del primer conjunto de archivos de ArrayCalc que Ralf Zuleeg nos envió desde el servicio de Soporte a las aplicaciones de d&b en Alemania. Con ellos, definimos el número de altavoces y las mejores posiciones. Afortunadamente para nosotros, Ralf casi forma parte ya del equipo del JST. Fue Ralf quien nos ayudó a implantar el entorno de sonido 3D que hizo de nuestra presentación de Die Tote Stadt (La ciudad muerta) de Erich Wolfgang Korngold, un gran éxito el año pasado. Pero en esa obra de Korngold se trataba de evocar una imagen auténtica del sonido, porque la orquesta no estaba presente físicamente en la sala de conciertos, mientras que en la presentación de Kraftwerk se quería destacar el concepto de sonido 3D de un modo más lúdico".
"En el auditorio, situamos veinticuatro altavoces T10 en modo de fuente puntual en dos anillos, uno por debajo del anfiteatro y el otro por encima. La cobertura de las butacas con el anillo inferior fue relativamente fácil, porque ya contábamos con barras de montaje que se proyectan sobre el borde de los palcos en cada lado de la sala. Aunque normalmente se utilizan para iluminación, sólo tuvimos que añadir las abrazaderas de tubo estándar de d&b y el trabajo estaba casi hecho, aunque con mucha paciencia todavía teníamos que colocar los cables y eso llevó su tiempo. El piso de arriba fue mucho más difícil, porque el diseño físico pedía que las cajas T10 estuvieran separadas por igual cada tres metros. Utilizamos las posiciones de la iluminación en el cielo raso del techo, sacando la lámpara y pasando una barra de montaje colgada. Parece fácil y, además, las posiciones de las luces están separadas un metro entre sí, por lo que pudimos obtener los tres metros de separación que necesitábamos... Pero los T10 tenían que montarse en la barra y, a continuación, alzarlos y fijarlos (son 11 kg más la barra), por no hablar de la colocación de los cables hasta los altavoces". Steve McMillan colocó la mayoría de los cables y Fenton, que físicamente es más pequeño, le ayudó en los puntos más difíciles. "En algunos sitios del cielo raso apenas hay espacio para gatear entre la arquitectura interior de madera de la sala y el armazón superior de hormigón", explica Fenton. Lo que Fenton no menciona es el polvo acumulado en la superficie del armazón acústico de madera, los vertiginosos desniveles de la estructura interior, que es el reverso del diseño de vela icónico del exterior de la Opera House de Sydney, y el calor intenso que emana de la enorme estructura de hormigón. "Sí, perdí unos cuantos kilos", confirma.
Y ¿gracias a todo ese polvo y sudor se obtuvieron los resultados deseados? "A la mayor parte del público le llega el campo de sonido envolvente", explica McMillan. "Serge Graefe, ingeniero de sonido de Kraftwerk, y Felix Einsiedel, su ayudante en el software 3D, han hecho un trabajo fenomenal respecto a la fidelidad y la dinámica espacial, aunque el público quizá no siempre es consciente de ello. Pero el movimiento inherente a un tema como "Trans-Europe Express" fue realmente algo que todos percibimos. La prensa musical de aquí adoró los conciertos, pero el periódico The Guardian del Reino Unido incluso mandó a un enviado especial y comentaron algo como que era un audio perfecto y cristalino". El enviado del Guardian era Brian Richie y lo que escribió fue: "La música es nítida porque rebota alrededor a través de altavoces de multidifusión", y añadía también: "Nos sumergimos en una embestida intensa de luz y sonido que se acerca a la sinestesia tanto como es legalmente posible".
"A los productores también les gustó mucho", añade Christian. "Hay unas veinte localidades detrás de la posición de mezcla que no podemos vender porque hay reglas sobre el acceso público, pero cada noche se llenaban con compañeros de departamentos de sonido de otras salas del edificio. Ferguson Lenehan es el organizador del festival Vivid, que de aquí se va al Festival de Edimburgo, y sólo expresaba elogios. Me dijo que sabía que le iba a gustar pero, al no ser un profesional del sonido, "no me esperaba que fuera tan agradable". Y ese es exactamente el resultado que queríamos, que el sonido fuera increíble e insólito".
Fotografías cortesía de Richard Fenton, Jan Rosenthal, Prudence Upton (en orden alfabético)